ALINA HRYNKO I
EMILIO DEL RIEGO
El passat dia de
Sant Jordi a la sala polivalent vam poder veure un vídeo que van
preparar dues alumnes de 4t d’ESO, la Marina Peniza i l'Anna Francès. Aquest vídeo il·lustra un poema
d’en Rubén Darío, i es titula"La Sonatina".
Rubén Darío era
un poeta modernista en la llengua espanyol. Va néixer al 18 de gener de 1867
a Ciudat Daría, Nicaragua i va morir al 6 de febrer de 1916 a León,
Nicaragua. És va fer el vídeo per celebrar el centenari de la seva mort.
En el vídeo també sortien algunes imatges que
representaven el poema, com una rosa o una noia plorant.Aquí el podeu veure
LA SONATINA
La princesa está
triste... ¿Qué tendrá la princesa?
Los suspiros se
escapan de su boca de fresa,
que ha perdido la
risa, que ha perdido el color.
La princesa está
pálida en su silla de oro,
está mudo el
teclado de su clave sonoro,
y en un vaso,
olvidada, se desmaya una flor.
El jardín puebla el
triunfo de los pavos reales.
Parlanchina, la
dueña dice cosas banales,
y vestido de rojo
piruetea el bufón.
La princesa no ríe,
la princesa no siente;
la princesa persigue
por el cielo de Oriente
la libélula vaga de
una vaga ilusión.
¿Piensa, acaso, en
el príncipe de Golconda o de China,
o en el que ha
detenido su carroza argentina
para ver de sus ojos
la dulzura de luz?
¿O en el rey de las
islas de las rosas fragantes,
o en el que es
soberano de los claros diamantes,
o en el dueño
orgulloso de las perlas de Ormuz?
¡Ay!, la pobre
princesa de la boca de rosa
quiere ser
golondrina, quiere ser mariposa,
tener alas ligeras,
bajo el cielo volar;
ir al sol por la
escala luminosa de un rayo,
saludar a los lirios
con los versos de mayo
o perderse en el
viento sobre el trueno del mar.
Ya no quiere el
palacio, ni la rueca de plata,
ni el halcón
encantado, ni el bufón escarlata,
ni los cisnes
unánimes en el lago de azur.
Y están tristes las
flores por la flor de la corte,
los jazmines de
Oriente, los nelumbos del Norte,
de Occidente las
dalias y las rosas del Sur.
¡Pobrecita princesa
de los ojos azules!
Está presa en sus
oros, está presa en sus tules,
en la jaula de
mármol del palacio real;
el palacio soberbio
que vigilan los guardas,
que custodian cien
negros con sus cien alabardas,
un lebrel que no
duerme y un dragón colosal.
¡Oh, quién fuera
hipsipila que dejó la crisálida!
(La princesa está
triste. La princesa está pálida.)
¡Oh visión adorada
de oro, rosa y marfil!
¡Quién volara a la
tierra donde un príncipe existe,
(La princesa está
pálida. La princesa está triste.)
más brillante que
el alba, más hermoso que abril!
-«Calla, calla,
princesa -dice el hada madrina-;
en caballo, con
alas, hacia acá se encamina,
en el cinto la
espada y en la mano el azor,
el feliz caballero
que te adora sin verte,
y que llega de
lejos, vencedor de la Muerte,
a encenderte los
labios con un beso de amor».
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